Mercedes Sosa, la voz de Latinoamérica, cumpliría hoy 86 años
Defensora de los humildes, cantora de la humanidad, Mercedes Sosa nunca dejó de lado los valores que de pequeña le inculcaron sus padres en su hogar de San Miguel de Tucumán, con pocos bienes materiales pero con un corazón enorme.
Casualmente, en un día tan patriótico como lo es para Argentina hoy, la cantora del pueblo cumpliría 86 años. Aún sin estar físicamente, continúa presente en la memoria de todos los argentinos que alguna vez escucharon su voz salir desde el alma.
Año a año, la Negra, como la apodaban cariñosamente sus allegados, fue creando su camino hasta llegar a tener una amplia trayectoria, con premios, reconocimientos y menciones por cada uno de los trabajos que ha hecho desde el comienzo.
Entre sus mejores interpretaciones se destacan «Todo cambia», «Alfonsina y el mar» y «Como la cigarra», además de las infinidades de colaboraciones que hizo con otros artistas tanto nacionales como extranjeros. Su versión de «Zona de Promesas» junto a Gustavo Cerati es considerada un himno, así como también lo es «El Ángel de la Bicicleta» interpretada a la par de León Gieco.
A pesar de que el 2009 ya había traído bajo el brazo algunos problemas de salud, la Negra nunca dejó de lado los compromisos de grabación para el que sería su último disco, además de la presencia en los únicos 3 conciertos que se dieron en Argentina ese año.
La salud de Mercedes Sosa no era la mejor, por lo que no pudo presenciar el lanzamiento de su álbum Cantora 1. Pero ella seguía pensando en ideas y próximas interpretaciones mientras ensayaba para grabar El Ángel de la Bicicleta con León Gieco y Luis Gurevich, y La Soledad de Pablo Milanés. Ambas pudo concretarlas, sin embargo fue la última vez que pudo prestar su voz.
Finalmente, en septiembre de ese año una distención renal hizo que deba ingresar al Sanatorio de la Trinidad, donde permaneció internada. Para el 2 de octubre su estado ya era demasiado crítico y su corazón dejó de latir la madrugada del 4 de octubre.
Fue velada en el Congreso Nacional, y diferentes artistas la despidieron interpretando Alfonsina y el Mar. Por tres días hubo duelo nacional. Sus restos fueron llevados hacia el cementerio de la Chacarita, donde fue cremada para esparcir sus cenizas en Tucumán, Mendoza y la ciudad de Buenos Aires, tal como lo había pedido la cantora.
Mercedes Sosa no fue una figura sólo para los argentinos, sino que llevó su vozarrón a todos los rincones del planeta, que quedaron atónitos cuando llegó la noticia de su fallecimiento. En su honor, muchos sitios llevan su nombre, y su recuerdo continúa vivo en el corazón de todo el pueblo.