Economía

Comienza una semana clave para el Agro, luego de un mes sin lluvias y una ola de calor que podría sentenciar a la soja y el maíz

La Niña, el fenómeno meteorológico que causó estragos en las explotaciones agrícolas argentinas hace apenas dos campañas, es el tema excluyente de conversación en todos los grupos de mensajería entre quienes se dedican a la producción agropecuaria. Esto ocurre en medio de una compleja situación económica para los productores, que sufren un presente de precios bajos y altos costos productivos, lo que conlleva una necesidad aún mayor de obtener buenos rendimientos a los que será muy difícil llegar.

Ahora, los agricultores enfrentan una incipiente sequía y necesitan que llueva en las próximas semanas para evitar pérdidas en los cultivos de soja y maíz. Es que las plantas iniciaron en enero un período de alta demanda de agua, que por ahora no esta disponible en el suelo y eso significa que habrá problemas en el desarrollo de los cultivos.

La ocurrencia de este fenómeno -que implica menos lluvias de lo normal- podría ser un grave problema para la Argentina. En muchos casos, hay productores que todavía no se recuperaron económicamente de las tres campañas en las que hubo sequía, con especial énfasis en el ciclo 2022/23 donde el impacto fue tan fuerte que la producción de soja cayó al mínimo histórico.

¿Qué pasa en la zona núcleo?

Desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) advierten que “hace un mes el maíz de la región núcleo apuntaba a una gran campaña, con un 85 % entre excelente a muy bueno, sin embargo la falta de agua le dio un vuelco negativo a la situación y lo mismo ocurrió con la soja de primera”. Al día de hoy, el 45 % de los cuadros maiceros presenta condiciones de regulares o malas y el resto sigue bueno, pero con señales de alerta si no llueve.

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