Economía

Por la fórmula jubilatoria, aumentó el gasto en febrero y el Gobierno acelera recortes en subsidios y obra pública

El gasto público en febrero mostró otro salto interanual por la baja base de comparación con el 2024 y porque algunos componentes tienen actualizaciones atadas a la inflación, lo que los hace mucho más inflexibles, como las jubilaciones y los programas sociales más relevantes. Por esa razón, el Gobierno profundizó el ajuste en subsidios, gasto en salarios públicos y obra pública, que prácticamente dejó de tener peso en el presupuesto.

Así surge de los números de febrero elaborados por la consultora Analytica que, en base a datos oficiales devengados -es decir compromisos de pago no necesariamente ejecutados, a diferencia del método base-caja con el que se realizan los informes oficiales todos los meses- midió que en febrero el gasto creció casi 11% en comparación con igual mes del año pasado. En enero ese incremento había sido de 21 por ciento.

Parte de la explicación es que los primeros meses de 2024 fueron los de mayor licuación de gasto por la escalada inflacionaria tras la devaluación de diciembre de 2023. Una vez que el Gobierno estableció por decreto una fórmula para que los haberes previsionales y la Asignación Universal por Hijo (AUH) se actualicen por inflación, al ritmo de gasto empezó a caer a un ritmo menor.

Analytica mostró que el gasto primario real devengado creció 10,8% interanual, y en el acumulado del primer bimestre, la suba fue del 15,5%; que entre los rubros con mayor incremento real respecto a 2024 figuran las transferencias a provincias (49,9%), asignaciones familiares y AUH (35%) y jubilaciones y pensiones (32,1 por ciento); y que todavía se sostienen fuertes caídas en obra pública (-68,3%) y subsidios económicos (-55,6%), con bajas en energía (-59,3%) y transporte (-50 por ciento).

Respecto al gasto en haberes, la consultora explicó que creció 38% interanual en febrero, lo que implicaría, desde un año atrás, una suba del haber mínimo en 54,8% real. Sin embargo, el efecto “base de comparación” es claro, ya que los refuerzos previsionales perdieron 23,7% de su poder adquisitivo en el último año, midió la consultora, que calculó que, sin bono, el haber mínimo cubre 110% de la canasta básica total para un adulto mayor y que con bono, la cobertura sube a 139 por ciento. Si la inflación se desacelera, el gasto en jubilaciones y pensiones podría aumentar 12,9% anual. Si la inflación se acelera, el incremento sería menor, del 6,6% interanual. Esto es así porque existe un rezago: las jubilaciones aumentan según el número de inflación de dos meses antes.

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