El Vaticano comenzó la instalación de la chimenea en la Capilla Sixtina que anunciará la elección del nuevo Papa

El Vaticano se prepara para un momento trascendental en la historia de la Iglesia Católica. Trabajadores comenzaron este viernes la instalación de la icónica chimenea en el techo de la Capilla Sixtina, la señal inequívoca de que el cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco entró en su etapa final.
El conducto metálico, ahora visible sobre el majestuoso recinto, cumple una función tan simple como trascendente: comunicar al mundo el resultado de las votaciones secretas de los cardenales. Tras cada dos rondas de votación, las papeletas son quemadas en un horno especialmente dispuesto para este ritual centenario.
La clave para descifrar el mensaje que emanará de la chimenea reside en el color del humo. Si las votaciones no alcanzan el consenso necesario para elegir a un nuevo pontífice, se añade a la quema de las papeletas una mezcla química específica, que incluye perclorato de potasio, antraceno y azufre, generando la esperada «fumata negra». Esta señal indica a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro y a millones alrededor del planeta que la Iglesia aún no tiene un nuevo líder.
La expectación crece con cada jornada de cónclave. Cuando finalmente se alcance la mayoría requerida de dos tercios de los votos y un nuevo Papa sea elegido, se utilizará otra combinación de elementos para producir la ansiada «fumata blanca». Esta nube clara, acompañada del repique de las campanas de San Pedro, desatará la alegría y anunciará al mundo el tradicional «Habemus Papam» («Tenemos Papa»).