Qué ocurrirá hoy en el Cónclave: cuántas veces más votarán y a qué hora se espera otra fumata

En el corazón del Vaticano, los 133 cardenales electores afrontan hoy una jornada decisiva dentro del Conclave 2025, donde se elegirá al nuevo Papa, sucesor número 267 de San Pedro.
El día comenzó temprano (hora de Italia) con la oración de las Lodi a las 9 en la Capilla Sixtina, seguida por la primera votación prevista alrededor de las 10:30, que no logró consenso.
Luego, un segundo escrutinio se realizó cerca del mediodía, pero tampoco eligió Papa y se pudo ver la primera fumata del día. Negra.
A las 12 comenzó el almuerzo.Según detalla ACI Prensa, el menú previsto incluye un primer plato como pasta ligera con tomate y albahaca fresca, o un risotto de verduras o legumbres. Y de segundo plato hay carne blanca o pescado a la plancha y no frito, con verduras al vapor o también a la plancha.
Así continúa la jornada
Por la tarde están programadas otras dos rondas de votos: a las 17:30 y poco después de las 19. De esta manera, se espera que la próxima fumata sea después de esa hora, cuando culmine la segunda sesión doble de voto.
La combustión, negra si no hay acuerdo, blanca si se ha alcanzado el quorum de 89 votos necesarios para elegir Papa, se realiza con productos químicos añadidos a las papeletas para garantizar la claridad del color: una mezcla de perclorato, azufre y resina produce el humo negro; lactosa y clorato, el blanco.
Segúnd etalla Corriere Della Sera, este ritmo diario puede extenderse varios días, como ha ocurrido en otros Conclaves, aunque en la historia reciente las elecciones suelen resolverse entre el segundo y cuarto día. Mientras tanto, el mundo observa con atención el humo que asoma del pequeño comignolo sobre el techo de la Capilla Sixtina, esperando oír finalmente el “Habemus Papam”.
El sistema de fumatas negra o blanca se implementó formalmente a mediados del siglo XX para evitar confusiones. Antes, las señales eran menos nítidas y se prestaban a errores de interpretación por parte de los fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Hoy, esa columna de humo sigue siendo uno de los símbolos más potentes y enigmáticos del proceso papal.