Economía

Dólar, inflación y plazo fijo: «recalculando» inversiones

Tras el dato de inflación de enero, que superó los pronósticos, y la parsimonia del Banco Central (BCRA), ahora los inversores pusieron modo “recalculando”. Es que con las tasas de interés actuales – y el valor del dólar- habrá que ver cómo reaccionan los ahorristas de plazo fijo. Porque la tasa de inflación de febrero también ya se perfila en torno del 6%, y algunos proyectan seis y pico, pero han extendido el pronóstico del 6% a marzo también, un mes por demás estacionalmente inflacionario, lleno de ajustes y nuevos precios y tarifas de inicio de año electivo.

Hoy ya nadie duda que la gente estará votando en las Primarias y en las presidenciales con una tasa de inflación anual del 100%. Además, al Gobierno semejante tasa de inflación le facilita el trabajo sucio de ajustar el gasto, ya que lo licúa “de una”. Tampoco soslayan que el BCRA sigue emitiendo al 80%/100% interanual, de modo que no falta ningún ingrediente. Mientras tanto sigue el monitoreo sobre la pérdida de reservas del BCRA.

Para el jefe del BCRA, Miguel Pesce, empezó la cuenta regresiva del próximo dólar soja porque con la sangría de estos meses y el impacto de la sequía, se le complica llegar a agosto. Para los analistas consultados por los meseros y gestores, la fecha clave es agosto, con las PASO. Ese es el otro lado de la orilla al que debe arribar el equipo económico de Massa-Rubinstein. No cabe duda, analizando los números del mercado de cambios, que con una pérdida estimada, bajo un escenario moderado, de u$s10.000 millones de menos exportaciones lo que viene son más devaluaciones selectivas, y claro, más restricciones, sobre todo a importar. Esperan un año duro para traer embarques. Mejor, dicen en la City, principalmente en las mesas que cierran cambio con importadores, es que se vayan consiguiendo proveedores que financien, por lo menos, a 180 días.

Entre los perezosos que recién vuelven y algunos que se fueron a “carnavalear” al este hubo cruce de algunos datos y chismes, mientras otros siguen la novela de la mudanza de La Huella, ícono gastronómico de José Ignacio. Por lo que cuentan los parroquianos, la poca o nula sintonía entre unos de los alma mater del famoso parador de la Brava (Martín Pittaluga) y el intendente de Maldonado (Antía) detona la salida del restó de su lugar fundacional, al margen de otros condimentos.

Lo cierto, dicen quienes frecuentan a Pittaluga y a su socio, Guzmán Artagaveytia, que ya tendría nueva dirección. Será del otro lado de la laguna Garzón, donde al parecer Guzmán tenía uno o dos terrenos a los que le habrían sumado otro con su socio y allí trasladarían nueva Huella. Claro, hay un dato geográfico no menor, esa orilla ya es el municipio de Rocha. Ahora comenzó la puja por quién y qué ocupará la formidable ubicación que durante más de dos décadas explotó el mítico parador. Varios argentinos, algunos conocidos financistas, ya se anotaron en la puja, incluso uno que otro miembro del grupete de los pingüinos habitués.

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