Bicentenario del Archivo General de la Nación
Historia, Memoria y Derechos
Las efemérides y los aniversarios, más aún si son centenarios, constituyen una oportunidad para revisitar las claves de la historia de una institución que naciera casi junto con la Patria. En este 2021, a 200 años de su creación, queremos volver a pensar y poner en valor al Archivo General de la Nación.
Nació en 1821. En ese entonces llamado “Archivo de la Provincia de Buenos Aires”, y su sede naturalmente en la ciudad del mismo nombre. Con los años de guerras civiles y de autonomías provinciales generadas en esos procesos, la unidad todavía estaba en construcción. Cuando la ciudad devino en Capital de la República Argentina, muchas de las instituciones bonaerenses pasaron a ser de todos.
Así fue que en 1884 el Archivo General que gestionaba la provincia de Buenos Aires, se convirtió en el Archivo General de la Nación, en paralelo a la consolidación del Estado Nacional y a la federalización de la ciudad de Buenos Aires.
Su creación en la segunda década del siglo XIX nos habla de una voluntad temprana de resguardar una memoria del pasado, aunque el deterioro de los documentos y el persistente abandono que vivieron las instalaciones y los trabajadores/as de la institución en distintos momentos de su historia permite observar que el resguardo del pasado no fue siempre una prioridad o un valor fundamental. Fue bajo estas tensiones que esta institución se forjó.
A la par, con el correr de las décadas se fueron sucediendo transformaciones tecnológicas que fueron diversificando nuestro acervo documental. Es así que conservamos colecciones en múltiples soportes: documentos escritos e impresos, mapas, fotografías, audio y video entre muchos otros. Esto implica a su vez, que resulta imperioso aplicar distintas prácticas para su conservación y digitalización. Además, muchos de estos documentos precisan tareas de restauración. Este acervo, compuesto por fondos públicos y privados, contiene piezas desde la época colonial (el siglo XVI más precisamente) y en el presente continúa acrecentándose con la incorporación de nueva documentación.
Así, a partir del año 2008, bajo la presidencia de Cristina Kirchner se presentó un “Programa de modernización integral del Archivo General de la Nación” que dio impulso a una serie de políticas para mejorar sustancialmente las condiciones edilicias y de los equipamientos así como para la profesionalización de los recursos humanos que atienden la gestión documental.
Es sobre ese proyecto que profundizaremos en los ejes de modernización y democratización del acervo.
Por eso, en el Año de nuestro Bicentenario buscaremos:
- Instalar la sede central del AGN y su acervo documental en el nuevo edificio que se construyó en el barrio de Parque Patricios y cuyas características se diseñaron para albergar, caracterizar y preservar el mayor reservorio historiográfico del país así como brindar a sus trabajadores las condiciones laborales y técnicas que se requieren para cumplir con los objetivos inherentes, resolviendo asimismo las deudas tecnológicas presentes para que nos sea permitido tener un organismo a la altura de los mejores del mundo.
- Normalizar los fondos documentales con estándares internacionales, revirtiendo capas históricas de ordenamientos y caracterizaciones heterogéneas. Y a la vez, facilitar la búsqueda de archivos así como el acceso remoto al acervo a través de Internet. Hemos seleccionado la plataforma del Consejo Internacional de Archivos denominada AtoM para normalizar, digitalizar y difundir los fondos, tarea en la que estaremos comprometidos estos próximos años.
- Profundizar las líneas de trabajo destinadas a acercar el Archivo a sectores de la sociedad más amplios que los especialistas e investigadores, con la convicción de que el acceso a las piezas de nuestro pasado es un derecho de todos/as. En este sentido nos interesa plantear preguntas y problemas alrededor de qué es un archivo (en su doble acepción: en tanto institución y en tanto documento), para qué sirve, qué usos posibles hay y quiénes son los sujetos que lo habitan. También será interesante plantear qué historia permite narrar el acervo del AGN y qué historias hay que buscar por los márgenes, aquello que las fuentes y los fondos documentales ocultan. Para esto se llevarán a cabo diferentes producciones y actividades a lo largo del año.
- Comprometer también al AGN con la educación pública, haciendo su acervo accesible a maestras y maestros como a niñes de distintas edades generando también segmentos documentales que ilustren acontecimientos de interés didáctico y hasta personajes de ficción que enseñan a bucear en la historia para construir presentes mejores.
- Promover un proyecto de Ley Federal de Archivística y Gestión Documental que reemplace la ley 15930 de 1961, y que incorpore los aportes de la Reforma Constitucional de 1984 en materia de derechos de acceso a la información así como de tutela básica para el patrimonio cultural y documental. Además, esta ley impulsará la conformación de un sistema nacional de archivos, que permita darle un carácter federal a la gestión de documental, archivística e historiográfica así como fortalecer el camino al acceso universal mediante el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones.
- Poner este año en marcha y con el respaldo académico de la Universidad Nacional de Tres de Febrero la Diplomatura en Archivística y Gestión Documental en modalidad virtual y con alcance nacional para profundizar en la formación de los recursos humanos que la actividad necesita en todo el país y en sus distintos niveles
- Recalcar que el AGN tiene una triple función social: albergar los documentos que reconstruyen la historia del país, resguardar los documentos que permiten la elaboración de la memoria de las obras del Estado y además garantizan el ejercicio de derechos sociales.
- Revalorizar el trabajo que día a día llevan a cabo los trabajadores y trabajadoras de la institución, ya que en definitiva fueron ellos y ellas quienes protegieron de diversas maneras el acervo documental cuando desde diferentes gestiones lo que imperaba eran las políticas de desguace del Estado. Y serán ellos y ellas quienes podrán darle continuidad a lo que sembremos en el futuro inmediato.
De esta manera, potenciar y mejorar las condiciones de trabajo y de accesibilidad del AGN es también una manera de fortalecer al Estado, su historia y su memoria, y ponerlo a disposición de quienes precisen de las herramientas del pasado para construir un mejor presente colectivo.