Blanqueo: finalizó la última fase, mientras el Gobierno alista medidas para hacer circular los dólares del colchón

Cerró la fase 3 del Régimen de Regularización de activos, conocido como «blanqueo». Si bien hoy finalizó el tiempo para manifestar la adhesión, todavía se podrá hacer la presentación de la declaración jurada que estará habilitada hasta el 6 de junio. Aunque aún no hay precisiones de cuándo se publicarán los resultados oficiales de esta última fase, el Gobierno ya logró formalizar más de u$s30.000 millones, consolidando este proceso como el segundo blanqueo más importante de los últimos 20 años en la Argentina. El más exitoso sigue siendo el «Régimen de Sinceramiento Fiscal» implementado durante el gobierno de Mauricio Macri que logró una regularización de activos de u$s116.800 millones.
Como beneficio diferencial de esta última etapa, quienes declararon la totalidad de sus bienes no debieron pagar ningún costo por la regularización. Sólo en los casos en que los activos superaron el umbral exento de u$s100.000, se aplicó una alícuota del 15% -la más elevada del régimen- pero únicamente sobre el monto excedente.
Si bien el blanqueo impulsado por Javier Milei no tuvo un fin recaudatorio, se consolidó como un motor clave para la economía. Su impacto sobre las reservas del Banco Central fue decisivo para atravesar el segundo semestre de 2024, luego de una profunda recesión durante la primera mitad del año. Además de fortalecer las arcas del Banco Central, el régimen generó un cambio estructural en el sistema financiero: se abrieron 338.955 cuentas CERA en dólares, lo que marcó un hito en términos de apertura de cuentas en dólares. Este fenómeno sentó las bases para esta etapa que el Gobierno define como “remonetización de la economía”.
Esto provocó un fuerte salto en los depósitos en dólares, que a su vez favoreció la expansión del crédito al sector privado y permitió acumular reservas, compensando el creciente déficit de cuenta corriente del Banco Central (BCRA). Pese a la caída de los depósitos en los últimos meses, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la salida del cepo y mayores precisiones sobre la política cambiaria del Gobierno generó una reversión en las expectativas impulsando nuevamente el crecimiento de los depósitos en moneda extranjera.
Según LCG, «en la medida que el BCRA no intervenga dentro de las bandas, las transacciones en el MULC tenderán a traducirse en mayores depósitos en dólares a partir de la compra de divisas por parte de privados (asumiendo que los saldos quedan en el sistema)». En ese sentido, afirman que «en el corto plazo, se espera la reversión de la caída previa motivada por la entrada de capitales que se genere por la liquidación de la cosecha, el flujo -cada vez menor, de préstamos en dólares-, la flexibilización que el Gobierno ofreció a capitales extranjeros y el eventual «nuevo blanqueo» del que aún se desconoce la letra chica».