Locales

Buscan intensamente a dos reos que se escaparon de la comisaría

Los investigadores dedicados a aclarar la fuga de los dos presos que se encontraban alojados en la Comisaría 2° de Concepción, Capital, creen que un candado mal asegurado facilitó la huida de los detenidos.

Eso indican en la UFI Delitos Especiales, desde donde ya ordenaron el secuestro de los libros de guardia, de calabozos, oficios judiciales y las grabaciones de las cámaras de seguridad.

El centro de la investigación está en el calabocero, un agente identificado como Brian Murúa, dijeron los voceros.

Según los registros de las cámaras de seguridad, entre las 23.58 y las 23.59 de este domingo escaparon los presos. Uno se llama Carlos Abel Palacios, condenado a 1 año y 6 meses de prisión por la jueza Mabel Moya. El otro es Javier Emanuel Molina, castigado a 6 meses de prisión efectiva por la jueza Celia Maldonado.

Los investigadores señalaron que Palacios y Molina aprovecharon que Murúa, el calabocero, se encontraba en una sala contigua realizando el fichaje a un nuevo detenido que acababa de ingresar a la seccional. Cuando el agente volvió a su oficina, a las 0.07 (ya del lunes), la fuga ya se había producido, pero no se dio cuenta.

La información judicial indica que el calabocero cerró la puerta de rejas del calabozo sin la debida seguridad (aparentemente el candado no estaba bien cerrado), observándose por las cámaras de seguridad tal situación.

La falta de los presos recién fue advertida a las 14 de este lunes, al momento de hacer el recuento de detenidos. De inmediato se dio aviso a las autoridades y se abrió una investigación contra el calabocero y otros policías de la guardia. Al mismo tiempo, los fugados son buscados.

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