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Cómo sigue el juicio a los rugbiers por el asesinato de Fernando Báez Sosa

Este miércoles 18 de enero, en el tercer aniversario del crimen de Fernando Báez Sosa, concluyeron las audiencias de declaraciones testimoniales en el juicio para esclarecer el hecho ante el Tribunal N°1 de Dolores presidido por la magistrada Claudia Castro. Por estas doce jornadas pasaron un centenar de peritos forenses, investigadores de la causa, familiares y allegados de cada una de las partes. También, declaró la mayoría de los acusados. Se exhibieron videos, chats y audios que sirvieron para reconstruir los movimientos previos y posteriores de los 8 imputados aquella madrugada en Villa Gesell.

Las pruebas, consideran los fiscales Juan Dávila y Gustavo García, son numerosas y altamente incriminatorias. Los dichos de los acusados no fueron suficientes para controvertir la imputación de homicidio doblemente agravado por predeterminación y alevosía, lo que conlleva una pena de prisión perpetua. Lo mismo piensa la querella, liderada por Fernando Burlando e integrada por Fabián Améndola.

Ahora, tras las declaraciones, se esperan los alegatos para luego pasar a la lectura del veredicto. La querella y la fiscalía alegarán el 25 de enero, la defensa, a cargo de Hugo Tomei y Emilia Pertossi, al día siguiente. Aquí, se expondrán las teorías de cada parte sobre el caso, y cada una pedirá la resolución que cree correspondiente. Burlando, por su parte, anunció en repetidas ocasiones que solicitará que los ocho imputados sean condenados a prisión perpetua, con un mínimo de 35 años de cárcel antes de la chance de la libertad condicional.

El martes 31 de este mes, según confirmaron fuentes judiciales, se realizará la lectura del veredicto.

Ayer tomó la palabra Lucas Pertossi, uno los acusados más complicados por las pruebas que incluyen declaraciones de testigos y mensajes revelados en las pericias. Pertossi es el rugbier que dijo que Báez Sosa “caducó” tras la brutal golpiza a la salida del boliche Le Brique.

Pertossi recordó detalles de la jornada en la que sucedió el homicidio; insistió con la ingesta de alcohol en la previa a la ida al local bailable, dijo cómo fue el momento en que el personal de seguridad los sacó del lugar; y precisó cómo se involucró en la golpiza: “Veo que agarran a un amigo del pie y lo quieren tirar al piso, me acerco y le digo ‘soltalo’. Le pego dos patadas, me voy para atrás, veo que el chico intenta pararse y me voy para atrás, me voy a la esquina”.

En ese momento, Pertossi explicó por qué utilizó la palabra “caducó”, en referencia a Fernando. “Estaba desorientado, pierdo a mis amigos y empiezo a mandar mensajes y a llamar a un amigo. Llamo, me dice que estaba en el mercado, voy y me acerco. Ahí un pibe me dice que hubo una pelea afuera de Le Brique, que habían llamado a una ambulancia y que el pibe había caducado. Después fuimos a McDonald’s porque tenía hambre”.

“Yo quiero decir que estoy muy mal por lo que pasó en ese momento, estuve con tratamiento psicológico, psiquiátrico y medicación. Creo que a todos nos afectó mucho esto. Quiero aclarar que yo en ningún momento le pegué a Fernando Báez Sosa, en ningún momento participé de un plan de una asesinato, yo fui de vacaciones”, concluyó.

Luego de Pertossi, llegó el turno de la declaración de Blas Cinalli, quien negó los cargos en su contra y al igual que Lucas, tampoco reconoció haber participado de la premeditación de un homicidio. Sus dichos apuntan a una pelea previa, consonante con la calificación de homicidio en riña que podría introducir la defensa en los alegatos.

“Por las pericias que pude ver… Se dijo que Fernando Báez Sosa tenía ADN mío en el meñique. En ningún momento lo toqué. No sabía quién era. Supongo que la persona de adentro del boliche (con la que se peleó) era él”, dijo Cinalli. Además aseguró que reaccionó al ver una “pelea” entre el imputado y sus amigos, lo que podría ser interpretado como un intento de introducir la figura del homicidio en riña, con una pena considerablemente menor a la de prisión perpetua, apenas seis años como máximo. Como todos sus compañeros, se negó a delatar o señalar a otros.

Cinalli es además el autor de mensajes que fueron revelados de los teléfonos incautados. “Nos sacaron todos los patovicas, lo recagamos a palos mal”, dijo a un interlocutor. “Nos agarraron del cuello, nos sacó la Policía, pero ganamos igual”, agregó.

Fernando Burlando y Fabián Améndola representan a los padres del estudiante de abogacía.
Fernando Burlando y Fabián Améndola representan a los padres del estudiante de abogacía.

Javier Pablo Laborde, secretario instructor de la causa, quien analizó los celulares de los acusados, contó durante el juicio sobre un grupo llamado “El club del Azote”, integrado por 13 personas de Zárate, entre las cuales estaba el acusado, quien a las 5.08 de ese 18 de enero de 2020 refirió lo siguiente: “Nos peleamos, ganamos contra unos chetos, los rompimos. Nos vamos al centro a premiar”.

Fernando Burlando pidió realizarle preguntas a Cinalli, pero éste se negó. De esta forma concluyó la etapa de recepción de testimonios

Tras la última jornada de audiencias los padres de Báez Sosa encabezaron un acto de homenaje en Dolores.

En el día en que se cumplió el tercer aniversario del crimen de Fernando, una multitud acompañó a Graciela y Silvino Báez Sosa en el homenaje que se llevó a cabo en el Anfiteatro Municipal “Libres del Sur” de Dolores.

“Sin él la vida se terminó para nosotros”, exclamó la madre del joven fallecido, en un desgarrador pedido de Justicia. “Era nuestro sol, hoy estamos vacíos”, añadió. “Cada día nos cuesta más la ausencia de Fernando”, sostuvo por su parte el papá. También hubo actos en Villa Gesell, Mar del Plata, Zárate y en el barrio porteño de Recoleta.

La cara de Fernando se multiplica en los carteles que piden "justicia"
La cara de Fernando se multiplica en los carteles que piden «justicia»

Cada día nos cuesta más la ausencia de Fernando. Cada vez que me levanto a la mañana es como levantarme con una bolsa en la espalda, es un peso enorme que tengo encima yo y mi compañera Graciela”, manifestó Silvino.

Por su parte, Graciela declaró: “Vinimos acá a Dolores en busca de justicia. No queremos venganza, solo queremos que paguen lo que le hicieron a mi hijo. En el juicio vi cómo reiteradamente le pegaban. Vi cómo lo discriminaron por su color de piel. Sigo esperando que mi hijo regrese, a pesar de que sé que nunca jamás regresará en nuestra vida. Les agradezco infinitamente por venir a acompañarnos”, concluyó.

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