Con la suba de los dólares financieros, la brecha cambiaria supera el 25% y puede impactar en la inflación

La guerra comercial entre Estados Unidos y China tiñó de rojo absolutamente todos los paneles de precios. A diferencia de lo que sucedió en otros países, en la Argentina el dólar no se debilitó. Por el contrario, el tipo de cambio que se negocia en la Bolsa escaló alrededor de 4% en lo que va de abril.
Tanto el dólar MEP como el contado con liquidación operaron este martes en la zona de los $1370 y la brecha con respecto al oficial mayorista se ubicó por encima del 27% por primera vez desde septiembre del año pasado.
La ampliación de la distancia entre el tipo de cambio oficial y los paralelos genera una serie de inconvenientes para el Gobierno. Uno de ellos es que se empiezan a remarcar precios y aumenta la expectativas de inflación hacia adelante. Este viernes el INDEC publica el dato de marzo y se espera que supere al 2,4% de febrero.
Para abril, la dinámica parece similar y las estimaciones vuelven a acercarse al 3%. “Es muy probable que la ampliación de la brecha tenga impacto sobre los precios y se traduzca en una mayor inflación. La semana pasada corregimos nuestras proyecciones al alza y para abril estamos esperando, ya con una semana relevada, una inflación del 2,7%. Esa cifra está lejos de los valores que teníamos en febrero donde veíamos factible que entre abril y mayo se rompiera la barrera del 2%. La inflación es el indicador estrella del Gobierno para mostrar antes de las elecciones y si se recalienta es un problema”, comentó Rocío Bisang, economista de Eco Go.
Mientras la moneda estadounidense se debilita en el mundo, en la Argentina hay condiciones particulares que generan incertidumbre y aumentan la dolarización de carteras. Pese a que se alcanzó el acuerdo técnico con el FMI, las dudas con respecto a la próxima fase del esquema cambiario se anotan entre los principales frentes abiertos en las últimas semanas.
La suba del riesgo país tras la imposición de aranceles por parte de Donald Trump aportó un condimento más, al complicar los planes del Gobierno para refinanciar deuda en el mercado internacional. Si no se puede refinanciar, los pagos tendrán que salir de las reservas y no está claro que haya dólares disponibles para honrar los compromisos.
“La incertidumbre internacional y local impulsó un desarme del carry trade (inversiones en pesos) que hoy presiona sobre los tipos de cambio paralelos y amplía la brecha. El Banco Central, con reservas negativas, tiene poco poder de fuego para intervenir”, apuntó Bisang.