Dormir sin aire acondicionado ni ventilador: consejos para eliminar el calor por las noches
En épocas de verano, el calor se convierte en uno de los problemas principales a la hora de conciliar bien el sueño. Si no tienes aire acondicionado ni ventilador, hay una serie de consejos que puedes llevar a cabo para no pasar por esto.
Antes y después de dormir, lo ideal es que te mantengas permanentemente hidratado, siendo esta la manera natural con la que podrás estar permanentemente sin pasar calor. Además, se recomienda evitar las bebidas con cafeína y estimulantes.
Consejos para dormir fresco de manera natural
- Evitar la entrada del calor y refrescar la casa: es necesario que tengamos todas las persianas bajadas en las horas de sol para mantener la casa fresca y luego subirlas cuando cae el sol, teniendo las ventanas abiertas para que corra aire más fresco.
- Dormir solo y a ras del suelo: dormir solo en la habitación es la mejor manera de mantenerse fresco, ya que al compartir cama aumenta el calor corporal. Como el calor tiende a subir, será mejor hacerlo a ras del suelo.
- Ducha helada no, ducha templada: el agua fría produce una sensación instantánea muy gratificante, pero provoca un choque térmico con nuestro cuerpo que aumenta el gasto energético y supone que sintamos más calor.
- Cenar ligero: si cenas comidas copiosas o calientes, el cuerpo necesita generar más calor para digerirlas.
- Apaga los componentes eléctricos: aunque no parezca, las luces y los demás aparatos eléctricos generan calor al gastar energía. Tenerlos apagados reducirá la temperatura de la habitación.
Por qué dormimos mal cuando hace calor
Para dormir mejor, la temperatura del dormitorio debería estar entre los 17 y los 18 grados, ya que de lo contrario podría resultar difícil la actividad.
Investigaciones recientes han señalado que los motivos son varios, y entre los más destacados se encuentra la alteración de los ritmos circadianos, que son los que regulan la temperatura corporal y el sueño.
Malcolm von Schantz, neurocientífico del sueño en la Universidad de Surrey, cree que la razón es evolutiva: «como especie, somos animales diurnos». Es decir, «hemos evolucionado para dormir durante la noche, cuando hace más frío y se está oscuro».