En Santa Cruz nacieron dos pichones de un ave en peligro crítico de extinción

Unas horas antes del mediodía del viernes pasado, la Estación Biológica Juan Mazar Barnett recibió un mensaje: dos pichones de macá tobiano habían nacido en la laguna 14, que está ubicada en la meseta del Lago Buenos Aires, en la provincia de Santa Cruz. La noticia, que fue enviada a través de un sistema satelital de emergencia, era más que esperada: hacía cuatro años que este ave marina en peligro crítico de extinción no se reproducía. “Cada verano es un desafío en sí mismo. Hacía tiempo que no teníamos ni una sola colonia, pero este año ya son cuatro las que están activas, con pichones que nacieron, con los técnicos trabajando sin mayores problemas logísticos y con un pichón en recría”, cuenta Ignacio ‘Kini’ Roesler, coordinador del Programa Patagonia de Aves Argentinas e investigador del Conicet en la Fundación Bariloche.
El cambio climático es la principal causa que impide la reproducción de esta especie. Las nevadas cada vez más irregulares, las sequías en las lagunas y la variación de temperaturas afectan no solamente su ecosistema, sino también a la vinagrilla, una planta acuática que usan los macá tobianos para construir sus nidos. Sin ella, es imposible su reproducción.
Además de esta amenaza global, este ave acuática también se ve amenazada por el visón americano, su principal depredador; la gaviota cocinera, que ataca desde el aire y se alimenta de sus huevos y la trucha arcoíris, que impide el crecimiento de la vinagrilla. No es una tarea fácil. “Viven en el medio de la nada, acampando en la meseta que está ubicada a 1000 metros sobre el nivel del mar. El clima es muy ventoso y frío. Por la noche, tienen temperaturas bajo cero”, cuenta Roesler. Y su tarea también resulta particular. “No pueden quitarle la vista a la laguna porque puede aparecer una gaviota cocinera o un visón americano”, agrega.