Economía

Massa acentúa el control del gasto para cumplir meta fiscal: en el inicio del mes bajó 24,3% real

El ministro de Economía, Sergio Massa, está decidido a profundizar su política de recorte del gasto en términos reales para cumplir la meta fiscal del programa con el Fondo Monetario Internacional, que es además una de las anclas que definió el equipo económico para intentar contener la muy elevada inflación. Así, tras hilvanar en enero el séptimo mes consecutivo de baja real de las erogaciones, empezó febrero con otra fuerte caída del gasto, de acuerdo con un informe privado que monitorea de forma semanal su evolución.

El férreo control de gastos de Massa se tradujo, de acuerdo con estas estimaciones, en una reducción de las erogaciones durante la primera semana del mes en curso del 24,3% interanual en términos reales.

Según reveló el Monitor del Ajuste del Gasto que elabora la consultora Analytica, que dirige Ricardo Delgado, en los primeros siete días de febrero el gasto primario se desplomó 41,4% con relación a la última semana de enero.

“Se trata del nivel de gasto real más bajo desde la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía. Los ajustes más significativos en términos interanuales se concentran sobre la obra pública y las asignaciones familiares y por hijo”, señaló el reporte. En el caso de las asignaciones familiares, el ministro y la titular de la ANSES, Fernanda Raverta, anunciaron la semana una ampliación del universo de beneficiarios, que comenzará a regir en marzo y que implicará un costo fiscal de unos $4.000 millones mensuales.

El ministro de Economía procura así consolidar el frente fiscal con el objetivo puesto en llegar a fin de año con un déficit primario del 1,9% acordado con el FMI para este año, sobre todo, en el contexto en el que la recaudación de impuestos da señales de debilitamiento y sentirá el impacto de la sequía en la menor recaudación por retenciones.

El miércoles 22 de febrero la Secretaría de Hacienda, que conduce Raúl Rigo, dará a conocer el resultado fiscal del Sector Público Nacional (SPN) correspondiente a enero, el cual se ubicaría dentro de los parámetros previstos.

Massa tiene la complicada tarea de seguir emprolijando los números del Estado argentino en medio de un contexto de presiones cambiarias y en un año de elecciones presidenciales en el que generalmente los gastos suben en la segunda mitad del año. Es por eso que algunos analistas plantean que a partir de junio el control del gasto se podría ir relajando, al compensar el recorte que se hace en la primera mitad del año.

Según trascendió, el equipo económico considera que tendrá algo de margen para ello, ya que se supone que este año la economía podría crecer un punto por encima de lo previsto con el FMI. El organismo de crédito había estimado que el PBI argentino iba a avanzar este año un 2%, pero los funcionarios argentinos creen que podría estirarse a alrededor del 3%. Si ello se concretara, la medición de las cuentas fiscales en términos del producto, que es lo que monitorea el Fondo, estarían algo más holgadas.

En los próximos días una delegación argentina viajará a Washington para cerrar la revisión de los números de 2022 a nivel técnico, que una vez que sea aprobado por el directorio ejecutivo del FMI se formalizará un desembolso de u$s5.400 millones que irá a refinanciar los vencimientos del crédito multimillonario que contrajo Mauricio Macri en 2018. Las metas del año pasado ya se superaron y por eso se descuenta la aprobación de la revisión. Pero en las reuniones con el staff del organismo se conversará también sobre los números del programa para 2023, con la sequía como uno de los ejes salientes.

El ordenamiento del gasto público fue uno de los ejes de la reunión que mantuvo este fin de semana Massa con funcionarios claves de su cartera. Estuvieron presentes Rigo; el viceministro, Gabriel Rubinstein; los secretarios de Finanzas, Eduardo Setti, y de Legal y Administrativa, Ricardo Casal; el jefe de asesores del ministerio, Leonardo Madcur; el titular del Indec y responsable de la relación con organismos internacionales, Marco Lavagna; y el vicepresidente segundo del Banco Central, Lisandro Cleri.

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