Cosas Buenas

Por qué comer rápido daña tu salud y seis consejos para evitar apuros y disfrutar la comida

La mayoría de nosotros vive a las apuradas. Corremos de un lado al otro, siempre pensando qué tenemos que hacer después, sin disfrutar del momento presente . Sin embargo, comer con apuro, puede tener consecuencias graves.

Es frecuente dedicarle el menor tiempo posible a la ingesta para seguir con otras actividades o incluso comer mientras se hacen otra tareas como ver la TV o revisar las redes sociales. Parece una situación sin mayor importancia, pero la realidad este hábito es dañino para nuestra salud.

Date tiempo para comer y disfrutar de tus alimentos y evitá las consecuencias de comer rápido.

Comer rápido te hará engordar.

Una de las primeras consecuencias negativas de comer rápido es engordar. La razón, tal como explica la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es que no le das tiempo a las hormonas del estómago a enviar las señales al cerebro para advertirle que ya es suficiente y, por lo tanto, comés más de lo debido.

«Cuando no le das tiempo a las hormonas producidas en el estómago y el intestino para enviar las señales al cerebro (particularmente al hipotálamo, encargado de regular la alimentación), este no se entera de que el estómago ya está lo suficientemente expandido y satisfecho, y lo mismo pasa con el intestino. Y aunque tu organismo ya sació sus necesidades, tú sigues comiendo sin parar”, señaló Mariana Valdés Moreno, jefa de la carrera de Nutriología de la Facultad de Estudios Superiores (FES), plantel Zaragoza de la UNAM.

Con el paso del tiempo se altera la señalización del hambre y saciedad entre el estómago, el intestino y el cerebro. Así que siempre terminarás comiendo de más.

Tip: El cerebro tarda alrededor de 20 minutos en reaccionar a la información que le llega desde las hormonas que intervienen en el proceso de la digestión. Cuando da la orden de dejar de ingerir alimentos la deja activada durante horas (entre 3 y 5 horas).

Aumentás el riesgo de padecer diabetes e hipertensión.

Engullir, masticar poco y rápido, podría ser el inicio de muchos trastornos. Diversos estudios de la UNAM demostraron que la velocidad de la ingesta se relaciona no solo con el riesgo de presentar obesidad, sino de padecer enfermedades cardiometabólicas como la diabetes o la hipertensión.

Una investigación del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición —realizada entre niños y niñas de 3 a 6 años— demostró que los menores que comen rápido tienen más sobrepeso y niveles altos de presión arterial o glucosa en la sangre.

Y no solo eso: otra investigación descubrió que la masticación estimula la célula inmune Th17 que puede aumentar la protección contra infecciones bacterianas: si comés despacio tu salud, en general, se verá recompensada.

Incluso beneficiarás a tu cerebro pues masticar de manera adecuada activa una zona cerebral, el hipocampo, que está relacionado con la memoria y la orientación espacial.

Comer rápido afecta la digestión.

Presentar diabetes y otros padecimientos tomará tiempo, pero en el corto plazo sí notarás consecuencias en tu salud, entre ellas estreñimiento. Si comés rápido y no te das el tiempo de masticar bien, la comida llegará a tu estómago en trozos grandes, lo que dificultará la digestión causando malestar como estreñimiento y pesadez.

En cambio, si comés despacio y masticás bien, dejarás que las bacterias intestinales deshagan los alimentos y tendrás una mejor digestión.

Cómo evitar comer rápido.

Ahora que ya sabés cuáles son las consecuencias negativas de comer rápido es hora de empezar nuevos hábitos y, para ello, vamos a darte algunos consejos:

1. Realizá 5 comidas al día, 3 fuertes y 2 colaciones. La razón es que si, por ejemplo, desayunás muy temprano y esperás hasta la tarde para comer, tendrás mucha hambre y, por ende, comerás rápido y de más. Lo ideal es que no pasen más de 4 horas entre una comida y otra.

2. No comas todo el tiempo. Quizá podrías pensar que la solución para no caer en la situación anterior es comer todo el tiempo algo ligero, pero eso también es un error pues no le darás espacio a tu organismo para usar las reservas de energía en los períodos de ayuno.

3. Creá una rutina. En relación con el punto anterior, si acostumbrás a tu cuerpo a comer siempre a la misma hora, poco a poco crearás un hábito y no tendrás antojos y hambre. Sabemos que no siempre es fácil, pero intenta hacerlo.

4. Masticá unas 40 veces. Aunque todo depende del alimento, si masticás hasta que la comida haya perdido su textura no solo serás más consciente de esta actividad, sino que ingerirás alrededor de 10% menos calorías.

5. Sé consciente. Si no te das el tiempo de comer despacio y de manera consciente tu cuerpo no registrará la ingesta de la misma manera y esto te hará comer alimentos poco saludables. Es más, comer rápido no permites que el alimento se impregne de las enzimas de la saliva que lo descomponen y favorecen la absorción de nutrientes, por lo que, sin importar que tan saludable sea lo que ingieres, estarás perdiendo parte de sus propiedades.

6. Disfrutá. Finalmente, una buena razón para comer más despacio es que disfrutarás de tus alimentos. Si amás comer sabés que la saliva permite que las partículas responsables del sabor se activen en las papilas gustativas y si comés con tiempo, disfrutarás más.

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