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Autoservicios chinos. Hay cierres por falta de mercadería, miedo al contagio o xenofobia

El lunes a la tarde los clientes del supermercado chino de la calle Gregorio Araoz Alfaro, ubicado a un par de cuadras de Acoyte y Rivadavia, en pleno centro de Caballito, se encontraron con el local cerrado. A los vecinos que llamaban a la tienda para hacer los habituales pedidos de delivery , Alfredo, el encargado del autoservicio, les informaba que recién en mayo volverán a abrir y explicaba el cierre por la falta de mercadería.

El caso de Caballito no es un problema generalizado entre los más de 8000 autoservicios de propietarios chinos que operan en el país, pero tampoco es el único . En el sector reconocen que en la última semana son varios los comerciantes de la colectividad que decidieron cerrar por unas semanas a la espera de que la situación se normalice.

A la hora de explicar los cierres no hay una única razón. Algunos supermercadistas atribuyen la decisión a la falta de mercaderías y los mayores controles oficiales. Otros hablan de miedo al contagio y también están los que tienen el recuerdo de la crisis pasadas en los que los chinos fueron la víctima principal de los saqueos.

» El primer perjudicado con un cierre es el comerciante, porque muchos de los alimentos que tiene son perecederos, pero son varios los chinos que nos dicen que decidieron cerrar, porque les falta mercadería y también está el tema de la salud. Hay mucho miedo al contagio», explica Yolanda Durán, presidenta de Cedeapsa, una de las cámaras que reúne a los autoservicios chinos.

A estos factores se suman los antecedentes en materia de seguridad. «Hay muchos autoservicios chinos en zonas alejadas de la ciudad y en las que no entran las grandes cadenas de supermercados. En esos barrios hoy los chinos tienen miedo de que la situación se complique», agrega Durán.

Los chinos también se quejan de que a partir de la propagación del coronavirus son víctimas de campañas de xenofobia. «Cada vez hay más discriminaciones en las redes sociales, algunas por malicia, otras hechas por gente gente que debe estar aburrida en casa y no sabe qué hacer. Son memes que son muy comunes en la Argentina, pero que para la idiosincrasia china no son nada graciosas», explican en Casrech, otra de las entidades que reúne a los comerciantes chinos.

La discriminación también fue denunciada por los dueños de El Retorno, un pequeño autoservicio ubicado en Boulogne, San Isidro, cuyos dueños subieron un video a las redes quejándose de actos de xenofobia. «En los últimos días aparecieron unos carteles en el barrio acusándonos de ser los culpables de la epidemia, cuando hace muchos años que estamos acá», denunció Jazmín, encargada del autoservicio de zona norte.

La crisis del coronavirus impactó con especial fuerza a los autoservicios chinos. Si bien todos los canales y formatos comerciales ya venían muy golpeados por la caída en las ventas, en el caso de los comerciantes orientales no se vieron beneficiados por el boom de compras de stockeo que registraron los grandes supermercados en las últimas dos semanas. Los comercios chinos acumulan más de cinco años de caída en las ventas y, según los datos de la consultora Scanntech, que se especializa en la medición del canal autoservicios, en febrero (último dato registrado) la baja fue del 3,5% en volumen.

Más allá de este presente complicado, los autoservicios orientales continúan siendo un jugador muy relevante del consumo masivo. De la mano de una gran capacidad de trabajo y un manejo muy inteligente del surtido y de categorías sensibles, como las bebidas alcohólicas, los chinos lograron convertirse en una pieza clave, especialmente en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, donde su participación en el total de las ventas de la canasta básicas (alimentos, bebidas, artículos de tocador y de limpieza) supera el 20%.

Por: Alfredo Sainz

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