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Científicos aseguran que el estrés es la mayor secuela generada por el coronavirus

Tras dos años de pandemia, el mundo busca recobrar algo de normalidad frente a un virus que todavía infecta y mata de a miles.

Pero más allá de las claras afectaciones que hizo y continúa haciendo en la salud física de millones de personas, el COVID-19 ha generado una pandemia de problemas mentales donde el estrés, la ansiedad, el miedo y la depresión son las principales preocupaciones que los médicos reportan en la población.

Los profesionales observaron en sus consultorios o por vía virtual queel virus SARS-CoV-2 no solo está atacando a nuestro sistema inmune, sino que también lo está haciendo a nuestra salud mental y psicosocial. Las condiciones que vivimos en la actualidad hacen que todos tengamos más estrés del que ya, de por sí, teníamos antes de la aparición del coronavirus.

De acuerdo a Sonia Almada, psicoanalista (M.N. 22366), especialista en Infancia y adolescencia y presidenta de Aralma asociación civil, “la pandemia trajo de manera generalizada efectos a nivel social y personal en múltiples niveles: confusión, temor, incertidumbre y los duelos por la muerte de seres queridos”. “Ha sido, y aún sigue siendo, uno de los estresores sociales más agresivos que hemos sufrido como humanidad”, sentenció.

Cambiar las rutinas de un día para otro, no poder ver a nuestras familias y amigos, perder el empleo y vivir en aislamiento, en particular en el caso de las personas solas, son tan solo algunos ejemplos de esto. Recientes datos internacionales muestran hasta qué punto el COVID-19 ha impactado en la salud mental de innumerables personas”, agregó.

En ese sentido, el profesor Antonio Cano, ex presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), afirmó: “Ahora tenemos todos más estrés que antes. Por un lado, intentamos atender todas las demandas, mientras que por el otro nos encontramos más cansados; y con múltiples reacciones emocionales, ansiedad de no llegar a las cosas, tristeza por las pérdidas, o enfado porque esto me va a perjudicar, por ejemplo”.

“Podemos aprender a mejorarlo, que todo esto en el fondo no hay que tratarlo como trastornos mentales, sino problemas de la vida que nos vienen mal dados, y que podemos aprender a mejorar con información”, agregó el catedrático de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, y psicólogo clínico. Según explica Cano, el estrés es un mecanismo adaptativo que nos permite “estirar nuestros recursos” para tratar de atender a todas nuestras demandas. “Por otro lado, no somos una máquina que podamos estirar indefinidamente esa sobreactivación porque nos agotamos, y pueden florecer las reacciones emocionales, la ansiedad, la tristeza, la ira o la depresión, que si no las sabes manejar tiran de ti hacia abajo”, avisa.

“Cuando llevas mucho tiempo de estrés y con un nivel muy alto, entonces aparecerán muchas reacciones emocionales como ansiedad, irritabilidad, tristeza, depresión, mucho cansancio por el esfuerzo que haces. En un principio aportamos más rendimiento, pero a la larga este cae”, añade el catedrático de Psicología. En ese tono, el especialista afirmó que luego aparecerán somatizaciones; es decir, síntomas físicos como problemas de piel, digestivos, de dolor, por exceso de tensión y de esfuerzo asociados al estrés. En palabras del especialista, los problemas físicos que han sobrevenido por el sobresfuerzo hecho y que tenderán a ir mejorando si se detiene. Caso contrario, empeorarán.

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