Menstruación y deporte: ¿una buena alianza?
Hoy consideramos al ciclo menstrual como un quinto signo vital en toda mujer en edad fértil que no utiliza un método anticonceptivo de larga duración. Por eso es importante estar atentas a sus características ya que, al igual que la tensión arterial, la frecuencia cardíaca o respiratoria, las particularidades del período pueden ser la clave del diagnóstico de patologías o disfunciones importantes y fundamentales para su detección de forma precoz.
La actividad física es un aliado indiscutible para la salud: fortalece los músculos y huesos, previene enfermedades, mejora las habilidades diarias, genera endorfinas, entre otros beneficios. Incluso, en mujeres con dismenorrea o dolor fuerte menstrual, la realización de ejercicio físico es parte del tratamiento, sumado a una dieta adecuada y buena hidratación, lo que permite disminuir el cortisol -hormona del estrés que tiende a lastimar al músculo-, y aumentar las endorfinas, sustancias liberadas que mejoran el estado de ánimo.
La actitud competitiva y la motivación, aparte de las indicaciones farmacológicas, suelen ser prescriptas para mejorar los síntomas. Pero su realización, sobre todo si es de alto rendimiento, debe estar guiada y controlada por un equipo interdisciplinario que verifique la actividad, la salud, la calidad y cantidad de nutrientes, y el ambiente emocional de quien lo realice.
En el caso de las mujeres, en los últimos años se han realizado estudios de investigación que relacionan al ciclo menstrual con el rendimiento deportivo. Algunos indican que la participación femenina en el deporte es un 50% menor a la del hombre y que la falta de controles podrían afectar al desarrollo y la salud reproductiva.
Esto se debe a que un alto porcentaje de deportistas, dependiendo de las horas de entrenamiento, entran en lo que se denomina “tríada de la atleta” que está compuesta por amenorrea -falta de menstruación mayor a tres meses-, trastorno de la conducta alimentaria y osteoporosis -disminución de la densidad de la masa ósea-. Si bien estos signos de alarma podemos encontrarlos en todas las prácticas deportivas, las disciplinas en las que se observan una mayor cantidad de casos son atletismo, gimnasia artística, ballet, ciclismo y natación.
“Resulta de vital importancia que se realice prevención de la salud desde la primera infancia, ya que una dieta restrictiva y/o un plan de ejercicio físico intenso no acorde a la etapa evolutiva del niño y niña, puede ocasionar alteraciones en el desarrollo puberal, y complicaciones a nivel sexual, de salud ósea o cardiovascular en la adolescencia y vida adulta”,mencionó Viviana Cramer, presidente de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ).
¿El rendimiento físico puede variar según el ciclo menstrual?
Un artículo publicado en 2010 por Tanja Oosthuysey Andrew N. Bosch concluyó que habría mayor potencia, rendimiento deportivo y mejor reserva energética en la fase folicular (primera fase postmentrual) y una disminución del rendimiento deportivo en la fase premenstrual (segunda fase, antes del periodo).
La percepción del aumento de fatiga en las fases folicular temprana y lútea tardía podría ser explicada por la baja producción de serotonina durante esta etapa. Sin embargo, pese a todo lo expuesto, se concluyó que las atletas que menstrúan regularmente, que compiten en deportes específicos de fuerza y deportes anaeróbicos/aeróbicos intensos, no necesitan ajustarse a la fase del ciclo menstrual para maximizar el rendimiento deportivo.
¿Los anticonceptivos dan una ventaja competitiva?
Las adolescentes que realizan deporte son atravesadas por las interacciones sociales, afectivas, emocionales, cognitivas, educativas y sexuales. Por lo tanto, siempre hay que pensar en la salud sexual reproductiva.
Ya sea para el uso anticonceptivo o como indicación no contraceptiva, las formulaciones de anticonceptivos hormonales suelen ser más beneficiosos a la hora del rendimiento deportivo, considerándolo como un todo, no solo en la fuerza muscular, sino también en la actitud, la astenia (cansancio), y la motivación. En este punto, es importante destacar que todos los anticonceptivos son dopping negativos.
“Recomendamos que las familias y los entrenadores de equipos deportivos femeninos estén sensibilizados con todo lo expuesto, se interioricen por lo que está atravesando la deportista, generen espacios de diálogo, trabajen con equipos interdisciplinarios y consideren al ciclo menstrual como un quinto signo vital”, destacó Andrea Sosa, ginecóloga y miembro de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ).