Economía

Los titanes tecnológicos, en la mira por el impuesto global a las multinacionales

El impuesto mínimo global a las multinacionales, aprobado por los líderes del G20 en la cumbre de Roma tras años de negociaciones, afectará especialmente a los gigantes de la web que han crecido en los últimos años, desde Amazon hasta Facebook.

Los líderes mundiales se han comprometido a implementarlo para 2023, establecido en el marco de la OCDE, donde fue firmado por 136 de 140 países.

El impuesto tendrá una tasa mínima del 15% sobre las utilidades de las multinacionales para evitar que sigan trasladando su oficina tributaria a un país donde el trato impositivo sea más favorable.

El acuerdo también permitirá volver a atribuir a países de todo el mundo los beneficios de más de 125 mil millones de dólares logrados por 100 empresas multinacionales entre las más grandes y rentables del mundo, señala la OCDE.

Y según un estudio independiente, el impuesto generará al menos 60 mil millones de dólares en ingresos al año solo para Estados Unidos.

El acuerdo se basa en dos pilares: el primero prevé que las empresas con ingresos superiores a los 20.000 millones de euros también puedan tributar en los países donde se produce el consumo.

El segundo establece que los países que albergan sedes multinacionales pueden imponer un impuesto mínimo de al menos el 15% en cada uno de los países en los que operan.

Con el nuevo impuesto mínimo, desaparecerá el impuesto europeo a los servicios digitales que había provocado críticas desde Estados Unidos porque iba a afectar especialmente a las grandes empresas tecnológicas radicadas en el extranjero.

En el caso de la implementación del impuesto global en los próximos dos años, los países europeos ofrecerán a las empresas un crédito fiscal para reembolsar las sumas pagadas en exceso del impuesto global.

Tras la aprobación de los jefes de Estado y de Gobierno, el convenio de impuesto mínimo debe transformarse en ley en los distintos países, con el objetivo de implementarlo en 2023. Un obstáculo aún por superar, señalan expertos y analistas, es sin embargo, la creación de un mecanismo de resolución de disputas creíble a nivel internacional.

El plan para un impuesto mínimo global sobre las grandes corporaciones fue propuesto por la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, en abril pasado como parte de la política de la nueva administración del presidente Biden.

El número uno de la Casa Blanca todavía tendrá que enfrentar la oposición republicana en el Senado a las nuevas reglas.

Así que en junio recibió el apoyo del G7 y a principios de octubre recibió el visto bueno de 136 países de los 140 del Marco Inclusivo de la OCDE-G20.

El acuerdo se hizo posible, después de años de intensas negociaciones, gracias a la adhesión de Irlanda, Estonia y Hungría, que durante mucho tiempo se habían opuesto firmemente a la idea de un impuesto mínimo global para las multinacionales.

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