Petrona es sonámbula y asustó a todos en Gran Hermano
La primera noche en la casa de Gran Hermano no fue tranquila para Petrona Jerez, la tucumana dio a conocer su condición de sonámbula, y aparecieron los primeros inconvenientes para la convivencia.
Petrona eligió la cama más al fondo de la habitación que coparon las mujeres por las dudas, lo que provocó la preocupación de Sandra Priore. Sin embargo, la peluquera sostuvo que no traería problemas.
La participante cumplió en ese aspecto, porque no fue el sonambulismo lo que molestó a sus compañeras de cuarto, sino sus fuertes ronquidos. De hecho, Delfina de Lellis y Martina Pereyra fueron al confesionario a pedir tapones para los oídos, algo que Gran Hermano les negó porque debían adecuarse a la convivencia.
Igualmente, el sonambulismo de Petrona no tardó en aparecer. La tucumana se levantó de su cama y comenzó a golpear las puertas del armario. Sus compañeras se asustaron y salieron de la habitación al grito de “¡es sonámbula!”. “Me dio un miedo bárbaro”, llegó a admitir una de ellas.
En la mañana del martes, Petrona se levantó bien descansada y preguntó si los demás durmieron bien. Le contestaron que “había ronquidos” y lamentó ser la culpable.
El punto de quiebre llegó cuando las quejas veladas se transformaron en comentarios más abiertos. Chiara Mancuso, en un intento por mediar, habló con firmeza pero sin perder la empatía: “Hay una realidad. Si ella ronca o es sonámbula, igual estamos conviviendo y nos vamos a tener que acostumbrar. Probemos hoy, quizás el cansancio nos haga dormir mejor”.
Ese gesto conciliador fue suficiente para que la participante señalada rompiera en llanto. Sentada en una de las camas, su silencio se quebró en lágrimas. Fue un momento de vulnerabilidad que transformó el ambiente del cuarto. Una de las participantes, con tono maternal, exclamó: “Nooooo, Petro, no llores”. Otra añadió: “No lo hacés a propósito”, mientras que una tercera intentó inyectar humor: “Petro, sos meme seguramente en todos lados”.
En ese instante, las tensiones parecieron diluirse en abrazos y sonrisas forzadas. Las mujeres cerraron filas alrededor de Petrona, entendiendo que la convivencia exige, en ocasiones, un aprendizaje a marchas forzadas.