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El fabricante ruso de Sputnik avaló que la Argentina produzca más de 3 millones de dosis del segundo componente

En la Argentina, agosto debe ser señalado como el mes de las segundas dosis de la vacuna contra el COVID-19. Y no se trata de empujar buenos deseos en tiempos electorales, sino de advertir que la virulencia de la variante Delta del SARS-COV 2 desembarcó en suelo argentino con 90 contagiados con esa cepa, aunque aún no tiene colgado el cartel de variante de circulacón comunitaria.

Con este escenario de escasez de la segunda dosis de Sputnik V, el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, el fondo soberano de inversión de la Federación Rusa) y la farmacéutica argentina Laboratorios Richmond SACIF, anunciaron hoy la puesta en circulación esta semana de la vacuna Sputnik V, producida en el país en las instalaciones de la empresa en la Provincia de Buenos Aires. Las muestras de la vacuna producidas en Argentina han superado con éxito el control de calidad en el Centro Gamaleya el 3 de agosto.

El comienzo de la producción del segundo componente de Sputnik V es un ejemplo importante de cooperación tecnológica entre Rusia y Argentina para la localización de la producción de una de las vacunas que demostró eficacia y seguridad en el mundo contra el coronavirus. Según lo previsto en el acuerdo científico firmado entre Rusia y Richmond de producción conjunta, Laboratorios Richmond podrá producir más de 3 millones de dosis del segundo componente de la vacuna Sputnik V en agosto. Esta semana, la empresa comenzará a enviar la vacuna producida en Argentina al Gobierno del país, incluidas 150.000 dosis del segundo componente, para proteger a la población frente al coronavirus.

Dos cifras golpean fuerte a la Argentina: sólo el 16,06 % de la población recibió el esquema completo de vacunación -dos dosis- de la vacuna y más de 7 millones aguardan la segunda dosis de Sputnik V, y solo recibieron la primera hasta que golpeó la escasez del segundo componente.

Argentina fue el primer estado de América Latina en aprobar el uso de Sputnik V, así como el primer país de la región en comenzar la producción de la vacuna rusa. El registro se llevó a cabo a través de una autorización de uso de emergencia (emergency use authorization). La vacunación con el fármaco ruso comenzó en Argentina el 29 de diciembre de 2020. RDIF y sus socios llevaron a cabo una transferencia de tecnología para Laboratorios Richmond, y la producción local de Sputnik V comenzó en abril de 2021.

Richmond firmó un acuerdo preliminar con el Fondo Ruso de Inversión Directa para construir una planta y ser la pata local en la fabricación de los componentes y con la participación de Hetero Labs Limited, una compañía establecida en la República de la India y con la cual Richmond posee una alianza estratégica hace más de 25 años.

La construcción de la nueva planta de alta tecnología productora de vacunas en la Argentina contemplará la vacuna Sputnik V contra el COVID-19 y otras formulaciones también. Hay que recordar que Richmond además tiene estudios científicos, desarrollos e investigación aplicada muy avanzados en la búsqueda del tratamiento del VIH y las hepatitis.

Para Kirill Dmitriev, director ejecutivo (CEO) del Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF), “con la asociación entre RDIF y Laboratorios Richmond, la población de argentina tendrá acceso a la vacuna Sputnik V producida en el propio territorio del país, lo que acelerará el ritmo de vacunación y reducirá los costos logísticos y el tiempo de entrega del fármaco. El establecimiento de la producción local de la vacuna Sputnik V en poco tiempo es un éxito conjunto de Rusia y Argentina, gracias a lo cual el medicamento estará disponible en otros países de la región para la implementación exitosa de programas nacionales de vacunación utilizando una de las vacunas más seguras y eficaces contra el coronavirus en el mundo”.

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