Flor de historia: La rosa, un símbolo de belleza ¿Cómo cuidarla?

Hoy contaremos una flor de historia. Nos ocuparemos de la rosa, que ha sido desde la noche de los tiempos la reina de las flores.
Los primeros datos de su utilización ornamental se remontan a Creta (siglo XVII a. de C.), donde era considerada como símbolo de belleza por babilonios, sirios, egipcios, romanos y griegos.
En Egipto y Grecia tuvo una especial relevancia, y mucho más en Roma, lugar en el que cultivaron la rosa intensamente, siendo utilizados sus pétalos para ornamento, así como la planta en los jardines en una zona denominada Rosetum.
Tras la Edad Media, donde solo se la vio en Monasterios, vuelve a surgir la pasión por el cultivo del Rosal. Un ejemplo de esta pasión fue la emperatriz Josefina que a partir de 1.802 en su Palacio de la Malmaison llegó a poseer una colección de 650 rosales. Las colecciones de rosas se han multiplicado desde entonces.

Durante el siglo XIX empiezan a llegar variedades del extremo oriente, donde su sembrado, fue también muy relevante por los antiguos jardineros chinos. Existen datos del cultivo de rosales, a partir del 3.000 antes de Cristo.
COMO PODARLOS Y MANTENERLOS
La poda de rosales es necesaria todos los años. Y es sin duda, la labor más importante para mantener las plantas sanas y con una floración abundante.
Técnica básica de la poda:
De las yemas sale un brote nuevo, la cual es como una verruguita, siempre debe cortarse arriba de esta marca, debe ser alrededor de un cm, menos de esto puede perjudicar la rama. Se debe cortar en bisel, o sea a 45 grados, corte lateral.
Se deben tomar en cuenta 3 tipos o etapas. La primera es la desfloración, una vez secas las flores se debe cortar dos yemas hacia abajo, así nos aseguramos, que salgan más flores.
La segunda se llama deschuponado, la mayoría de los rosales se encuentran injertados en especies que son silvestres, las cuales tienen mucha fuerza, por lo cual pueden aparecer ramita en la base del rosal, debido a esto se aconseja retirar dichas ramas, ya que sino con el paso del tiempo , el rosal silvestre puede terminar con la rosa injertada.
La tercera etapa es el mantenimiento, que se debe realizar en una época del año, que es cuando las rosas duermen, cuando hace frío, si no hay heladas puede realizarse en otoño, pero si hay posibilidad de descensos muy bajos de temperatura, es aconsejable esperar a fines del invierno.
Se deben tomar en cuenta 5 pasos:
1- Retirar la madera muerta o ramas secas.
2- Eliminar brotes débiles, o ramitas finitas.
3- Sacar aquellas ramas que puedan cruzarse en el crecimiento.
4- Bajar la altura del rosal entre 1/3 y 1/2 de la planta original.
5- Evitar que queden ramas con yemas hacia adentro.
