Cosas Buenas

¿Qué es la disfagia y cómo se la puede tratar?

Si bien los adultos mayores presentan varios factores que complican su estado salud, debido a los años ya vividos, que en muchos casos han tenido demasiadas vicisitudes, hay algunos más influyentes que otros y más cuando se trata en temas tales como de la alimentación. Y en ese contexto, en ese mundo de diferentes afecciones surge la disfagia, que es la dificultad para tragar y que marca una dificultad en su autonomía para alimentarse.

El asunto es que la disfagia puede desembocar en la malnutrición y neumonía de una persona por aspiración de pequeños alimentos que pasan por el tracto aéreo hasta un riesgo que puede conducir, indefectiblemente, a la muerte.

Punto clave

Un hecho fundamental a tener muy en cuenta es que existen determinadas señales de alarma a las que hay que prestar atención, para sospechar de un posible cuadro de este tipo de disfagia, como por ejemplo el atragantamiento, o un acceso de tos durante o después del desayuno, el almuerzo, la merienda o la cena.

Pero también se se produce un cuadro de ronquera o pérdida de la voz como una simple afonía. Otras causas son el babeo, la presencia de residuos en la cavidad bucal, tratamiento para la pérdida de peso y fiebre e infecciones recurrentes, sin motivos aparentes.

Lo cierto es que la identificación de problemas deglutorios a tiempo termina resultando un punto fundamental, ya que un buen manejo nutricional en estos casos se asocia con la disminución de complicaciones clínicas, lo que lleva a evitar casos de discapacidad, mortalidad. Todo eso redunda en recorte de costos de internación y lo mismo con los casos de rehabilitación.

También si una persona potencialmente afectada no está bien alimentada, se enfrentará a una disminución de su masa muscular, problemas óseos, situaciones que pueden desembocar en caídas. lo mismo que si sufrió un Accidente Cerebro Vascular (ACV), se le practicó algún tipo de cirugía o bien una internación de un período prolongado, complicaría su rehabilitación motora de una forma importante, entre otros perjuicios.

Más allá de lo que significa la enfermedad de la disfagia, es importante destacar que las herramientas para tratarla pasan por adecuar la consistencia y viscosidad de los alimentos y bebidas a la capacidad deglutoria, ofrecer alimentos de volumen reducido y alto aporte calórico – proteico, considerar la suplementación vía oral para prevenir la malnutrición o tratarla una vez instalada e instalar soporte nutricional si fuera necesario.

Cuestiones de edad

Mientras tanto, otro de los factores de la disfagia tiene que ver con factores de la edad de la persona afectada, ya que los especialistas indican que entre el 40 y 50 por ciento de las personas la padecerá por ausencia de piezas dentales, mala adaptación de la dentadura postiza, las cremas de pegamento que se utilizan para su fijación.

Eso puede generar baja producción de saliva, lesiones en la lengua o en las encías e, incluso, pérdida de la masa muscular. Además, se da en hasta el 44 por ciento de los adultos mayores hospitalizados y en 6 de cada 19 que están alojados en instituciones o residencias geriátricas, donde la disfagia es muy común de poder ser detectada.

Están aquí nomás

Por otra parte, existen una serie de productos que se encuentran en nuestro país, y que son conocidos como “espesantes instantáneos”, estos pueden ser adicionados a alimentos triturados o también a bebidas, tanto fríos o calientes, para modificar su consistencia, mejorar su sabor y aspecto, haciendo más seguro el acto de deglutir y contribuyendo a evitar la deshidratación en las personas con esta enfermedad.

Cabe destacar que estos productos poseen elementos como el almidón de maíz y distintos tipos de goma, conocidas como tara, guar y xántica, respectivamente, que ayudan a mantener la consistencia prescrita por el profesional especialista en la deglución.

Consejos a seguir

Para llevar un control de la situación, los especialistas dejan una serie de recomendaciones para tener en cuenta en el proceso de alimentación: 1) Evitar alimentos secos, pegajosos o pequeños como arroz, lentejas o arvejas, entre otros, 2) asegurar la fijación de la prótesis dental antes de la ingesta, 3) los alimentos deben tener la temperatura adecuada, ser sabrosos y de aspecto atractivo para promover la ingesta, 4) mantener al paciente sentado con la espalda en contacto con el respaldo de la silla y los pies apoyados en el suelo con el tronco y 5) si la persona está en cama, elevar la cabeza a 60 grados, con la cabeza ligeramente flexionada durante la deglución, evitando la hiperextensión del cuello.

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