Economía

Plazo fijo: cómo quedó la tasa tras la decisión del BCRA sobre política monetaria

Este jueves, tras conocerse el dato de inflación de diciembre del año pasado del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), que fue del 5,1%, el Banco Central (BCRA) informó que el directorio de la entidad resolvió en su reunió semanal mantener sin cambios la tasa de política monetaria.

Si bien la decisión está dentro de lo esperado por gran parte del mercado, hubo muchas especulaciones en el último tiempo respecto de que el BCRA podría decidir aplicar una reducción en el rendimiento del plazo fijo tradicional y las Letras de Liquidez (LELIQ).

Sin embargo, la autoridad monetaria anunció que «seguirá observando la evolución de la tasa de inflación» y resolvió mantener inalterada la tasa de referencia porque aseguró que “contribuirá a consolidar la estabilidad financiera y cambiaria y a reforzar la tendencia de gradual desaceleración de la inflación en el mediano plazo».

¿Por qué el BCRA no subió la tasa?

En ese sentido, afirmaron que «la calibración de las tasas de interés en terreno positivo en términos reales garantiza la protección del ahorro en pesos y contribuye a mantener ancladas las expectativas cambiarias, favoreciendo el proceso de desinflación».

Y destacaron que, en sus Objetivos y Planes para 2023, el BCRA ratificó sus objetivos de reducir la tasa anual de inflación y construir un proceso que restablezca la confianza en la moneda local como reserva de valor, preservando la estabilidad monetaria y cambiaria.

Así, la tasa del plazo fijo tradicional se mantiene en el 75% anual (tasa nominal), con una efectiva anual del 107% y un rendimiento mensual del 6,25%, como viene sucediendo desde septiembre del año pasado. De esta manera se cumple el segundo mes de rendimiento positivo real para esos instrumentos de inversión, luego de que en septiembre y octubre salieran casi empardados, ya que los niveles de inflación estuvieron en torno al 6%.

Plazo fijo: así rindieron en 2022 y lo que se espera en 2023

En promedio, un plazo fijo tradicional dio un nivel de ganancias de entre el 78% y el 80% anual (teniendo en cuenta la Tasa Efectiva Anual, TEA) a lo largo de todo 2022. «Para 2023, la expectativa es que la inflación no crezca y la apuesta del gobierno es lograr una reducción, mientras que el pronóstico de los economistas es que se mantenga en los valores del 2022, o bien que se reduzca levemente», anticipa a Ámbito el experto en inversiones Marcelo Bastante.

Teniendo en cuenta ese panorama, los analistas esperan que, a medida que se vaya confirmando el sendero descendente de la inflación, el Banco Central podría comenzar a analizar una política de reducción de la tasa del plazo fijo, lo que también le permitiría reducir el abultado déficit cuasifiscal que maneja en estos momentos dado que la tasa de las Letras de Liquidez (LELIQ) pagan un interés del 75% a los bancos en este momento. Sin embargo, aún es prematura la moderación inflacionaria como para avanzar en ese sentido.

«Es la decisión correcta mantenerla porque el IPC se mantuvo en baja. Si se sostiene la desaceleración, es probable que incluso baje, porque una TNA del 75% es perjudicial para la actividad, aunque positivo como astringente, permite dirigir fondos que normalmente se dolarizan hacia los pesos», evalúa el economista Federico Glustein. Y señala que lo que podría pasar es que haya una pequeña migración hacia bonos en dólares que tuvieron un buen rendimiento en estos días o hacia el Merval en general, aunque, pero, por ahora, considera que la tasa sigue siendo muy atractiva.

Es por eso que el BCRA anticipó que continuará empleando activamente la tasa de interés de política monetaria, la estructura de tasas pasivas y activas reguladas, así como todos los demás instrumentos disponibles.

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